En el año 2004, el fútbol vivió momentos de gran sorpresa e inesperados campeones en cada rincón del mundo. Ese año, marcado por el éxito de equipos considerados “pequeños” o “sin opciones”, se convirtió en uno de los más memorables y atípicos en la historia del deporte.

Durante esta época, los gigantes del fútbol fueron derrotados, desafiando todas las predicciones y probando que en el fútbol, realmente, todo es posible.

La historia de aquel año nos recuerda que la pasión y el esfuerzo pueden superar al talento y la reputación. A continuación, repasaremos algunos de los momentos más destacados y sorprendentes de aquel histórico año.

Empezando por la UEFA Champions League, todos los ojos estaban puestos en clubes que contaban con plantillas estelares y jugadores de renombre. En ese entonces, el fútbol europeo estaba dominado por equipos como el Arsenal de los “Invencibles”, el Real Madrid de los “Galácticos”,

el Barcelona con un joven Ronaldinho en su máximo esplendor, la Juventus con figuras como Alessandro Del Piero y Pavel Nedved, el AC Milan liderado por Kaká, el Manchester United de Cristiano Ronaldo y el Bayern de Múnich de Oliver Kahn.

Era una alineación de equipos estelares, cada uno con una base de jugadores de élite que fácilmente podían aspirar al título.

Sin embargo, contra todo pronóstico, el equipo que alzó la Champions fue el modesto Porto de Portugal, dirigido por un joven y ambicioso José Mourinho. A pesar de no contar con las figuras reconocidas de los otros equipos, el Porto logró consolidarse como un equipo sólido y disciplinado.

En su camino a la final, eliminaron al Manchester United en los octavos de final y superaron al Deportivo de la Coruña en las semifinales, equipo que venía de una histórica remontada frente al AC Milan.

En la gran final, el Porto derrotó con contundencia al Mónaco, otro equipo que también había sorprendido a todos al llegar tan lejos. Con una victoria de 3-0, el Porto se consagró campeón de la Champions, dando inicio a la carrera de Mourinho como uno de los entrenadores más prestigiosos y estratégicos de la historia del fútbol.

Pero el año 2004 no solo trajo sorpresas en el ámbito de los clubes europeos. En el verano, la Eurocopa, celebrada en Portugal, fue otro escenario de sorpresas. Aunque equipos como Francia, España, Italia y el propio Portugal encabezaban las apuestas para llevarse el torneo, fue Grecia quien terminó proclamándose campeona de Europa.

Grecia, que inició el torneo sin grandes expectativas, se convirtió en el equipo revelación gracias a su sólido esquema defensivo y su determinación. En su primer partido, vencieron al equipo anfitrión, Portugal, lo cual ya fue considerado una sorpresa.

A medida que avanzaba el torneo, los griegos derrotaron a equipos de gran renombre; en los cuartos de final eliminaron a Francia, la campeona del mundo en 1998 y de la Euro en el 2000, y en semifinales dejaron fuera a la República Checa, otro equipo que llegaba en gran forma.

Finalmente, en la final disputada en Lisboa, Grecia volvió a enfrentarse a Portugal, derrotándolos nuevamente con un gol de Angelos Charisteas. Esta victoria no solo consagró a Grecia como campeona de Europa, sino que marcó uno de los logros más sorprendentes en la historia de las competiciones de selecciones nacionales.

La Liga española de 2004 también tuvo su cuota de sorpresa. Mientras que el Real Madrid y el Barcelona contaban con algunos de los mejores jugadores del mundo, como Ronaldo, Zinedine Zidane, David Beckham, Ronaldinho y otros, fue el Valencia el equipo que se llevó el título de LaLiga.

Con una plantilla sólida y bajo la dirección de Rafa Benítez, el Valencia logró arrebatarle el título a los gigantes del fútbol español. Además, el Valencia también ganó la Copa de la UEFA, logrando un histórico doblete que coronó una temporada excepcional para el club valenciano.

Esta hazaña del Valencia demostró que, con un equipo bien estructurado y una mentalidad ganadora, era posible desafiar el dominio de los clubes más ricos y poderosos de la liga española.

La Copa Libertadores de 2004 también fue testigo de un campeón inesperado. El Once Caldas, un club colombiano relativamente desconocido en el ámbito internacional, logró conquistar el título de campeón sudamericano al vencer al Boca Juniors, uno de los equipos más laureados de la región.

A lo largo del torneo, el Once Caldas mostró un juego sólido y táctico, eliminando a equipos favoritos y ganándose el respeto de los aficionados al fútbol en América Latina.

En la final, tras empatar ambos partidos, el Once Caldas se impuso a Boca Juniors en una dramática tanda de penales, coronándose campeón de la Libertadores por primera vez en su historia.

La hazaña del Once Caldas fue vista como una inspiración para otros equipos pequeños, demostrando que la perseverancia y el trabajo en equipo podían superar las limitaciones económicas y de infraestructura.

El Balón de Oro de 2004 también fue motivo de controversia y asombro. En un año en el que muchos esperaban que el galardón fuera para un jugador que había tenido un impacto significativo en su equipo o selección, el premio fue otorgado a Andriy Shevchenko, delantero ucraniano del AC Milan.

Aunque Shevchenko era indudablemente un jugador talentoso y había tenido temporadas destacadas con el Milan, muchos consideraron que en 2004 el premio debía haber recaído en Deco, quien había sido pieza clave en la victoria del Porto en la Champions y en el subcampeonato de Portugal en la Eurocopa.

Sin embargo, el reconocimiento de Shevchenko reflejó también el impacto del marketing y la popularidad en la decisión de estos premios, y muchos aficionados consideraron que este Balón de Oro fue una oportunidad desperdiciada para honrar a un jugador que había contribuido directamente a los éxitos de sus equipos en competiciones importantes.

Finalmente, en la Copa América de 2004, celebrada en Perú, Brasil logró llevarse el título, pero lo hizo de manera inusual.

A pesar de jugar con un equipo conformado mayormente por suplentes, Brasil mostró su superioridad y derrotó a Argentina en la final. El partido fue intenso y terminó en empate, llevándolo a una tanda de penales en la que Brasil se impuso.

Esta victoria subrayó la profundidad y el talento de la plantilla brasileña, demostrando que incluso con jugadores que no eran titulares habituales, Brasil seguía siendo una potencia mundial en el fútbol.

El 2004 fue un año donde los equipos menos esperados lograron alzarse con títulos y glorias que pasarían a la historia. Desde Grecia en la Eurocopa hasta el Porto en la Champions y el Once Caldas en la Copa Libertadores, el fútbol demostró su capacidad para sorprender y romper esquemas.

Estos resultados inesperados recordaron a los aficionados y expertos que en el fútbol, ningún equipo puede ser subestimado y que los resultados no siempre obedecen a la lógica o al favoritismo.

A veinte años de estos momentos inolvidables, el año 2004 sigue siendo un testimonio de cómo el fútbol puede ser impredecible y emocionante, dejando una marca en la historia del deporte y en el corazón de los aficionados de todo el mundo.