Con la llegada de Kylian Mbappé al Real Madrid, la euforia y las altas expectativas se apoderaron de los aficionados y del mundo del fútbol en general. Sin embargo, muy pocos lograron mantener los pies en la tierra y analizar lo que realmente podría implicar esta incorporación.

No importa qué tan talentoso seas, ni siquiera si has levantado un Mundial, un equipo de fútbol no puede ni debe desbaratar su sistema por completo solo para acomodar a una nueva estrella.

En el fútbol, cualquier cosa puede pasar, y el Real Madrid, pese a su histórica fama y los títulos ganados, no está exento de esta regla.

Recientemente, el club sufrió una de las derrotas más duras en los últimos 15 años, algo que ha desatado una oleada de críticas y análisis en torno a la figura de Mbappé y al sistema que Carlo Ancelotti ha intentado implementar con su llegada.

A menudo se decía que Mbappé necesitaba al Real Madrid más de lo que el Real Madrid necesitaba a Mbappé, y que, en lugar de adaptar el equipo a sus necesidades, era él quien debía adaptarse al club.

Esto parecía ser un punto de inflexión para el club, con muchos aficionados y expertos anticipando una nueva era de Galácticos. Sin embargo, la reciente derrota ha dejado una sensación de realidad fría y dolorosa.

En esta línea, es importante recordar que el Real Madrid, pese a sus muchas victorias, no es inmune a los altibajos. Muchos recordarán el clásico reciente, un doloroso 4-0 ante el Barcelona en pleno Santiago Bernabéu, un partido en el que Mbappé destacó, pero no de la forma en que se esperaba.

El francés cometió varios errores, incluyendo estar en posición adelantada en ocho de las doce ocasiones en que se sancionó fuera de juego. Esto, junto a un visible declive físico del equipo blanco en la segunda mitad, dejó ver que algo no está funcionando del todo bien.

El Madrid de Ancelotti logró aguantar el ritmo durante la primera mitad, creando oportunidades y mostrando un fútbol relativamente ordenado. Pero, tras el descanso, la intensidad y la velocidad del equipo disminuyeron notablemente, algo que preocupó tanto a los seguidores como a los analistas.

Uno de los factores que más preocupa actualmente es, precisamente, la falta de intensidad. La potencia en las piernas, la capacidad de recuperación y la resistencia física han desaparecido en el equipo, afectando directamente su rendimiento en la cancha.

Anteriormente, el Madrid podía contar con las individualidades de Vinícius Jr. o con los goles de salvamento de Rodrygo, pero ahora estos recursos se han vuelto impredecibles, y el equipo parece estar pasando factura a nivel físico y táctico.

Al mismo tiempo, el hecho de tener tantas estrellas en el equipo ha llevado a un problema inesperado: no es fácil saber qué hacer con todas.

Jugadores como Arda Güler o Endrick permanecen en el banquillo, esperando oportunidades que a menudo no llegan, y mientras tanto, Mbappé sigue siendo titular en cada partido, aun cuando su rendimiento no está a la altura de las expectativas.

La situación se complica aún más debido a que el francés ha expresado en repetidas ocasiones su incomodidad jugando como delantero centro, una posición que ocupa principalmente porque Vinícius ya domina el extremo izquierdo. La adaptación que se esperaba de Mbappé parece no haber ocurrido completamente, y esto está costando caro al equipo en términos de resultados.

En el pasado, Karim Benzema desempeñaba el papel de delantero centro de una forma natural y adaptada al sistema del Madrid, pero Mbappé tiene un estilo completamente distinto, uno que parece no encajar del todo con las exigencias tácticas de Ancelotti.

La fórmula que llevó al Real Madrid a conquistar la Champions League no incluía a un jugador con las características de Mbappé en la posición de “9”, y la adaptación del sistema para incluirlo parece haber afectado negativamente al equipo.

Además de esto, la salida de jugadores como Toni Kroos también ha dejado un vacío difícil de llenar. Jude Bellingham, quien se ha convertido en uno de los jugadores clave del equipo, ha sido movido a posiciones que no le son del todo cómodas, y esto se refleja en su rendimiento.

En partidos recientes, Bellingham ha tenido que correr más y cubrir más terreno, lo cual está empezando a pasarle factura a nivel físico. La fatiga es evidente, y la falta de un recambio adecuado en el centro del campo está afectando a todo el equipo.

Lo que preocupa aún más es la forma en que el club ha manejado la situación tras esta derrota. Ninguno de los jugadores quiso enfrentar a la prensa después del partido, dejando a Ancelotti como el único portavoz del equipo.

Este es un comportamiento inusual para el Real Madrid, un club que, históricamente, ha sido un ejemplo de profesionalismo y responsabilidad.

Las críticas hacia el entrenador también se han intensificado, con muchos señalando que su sistema táctico ha fallado en los últimos partidos y que el equipo ha dependido demasiado de las individualidades de Vinícius para salir adelante.

Pese a todo, todavía hay tiempo para que el Real Madrid enderece el rumbo en la temporada 2024-2025. La temporada recién comienza, y el club tiene a su disposición recursos de sobra para mejorar su rendimiento.

Sin embargo, es crucial que se tomen decisiones importantes y que el equipo logre encontrar un equilibrio entre sus muchas estrellas y el sistema táctico que mejor se adapte a sus habilidades y características.

En contraposición, el Barcelona ha encontrado en la dirección de Hansi Flick una nueva identidad.

El club catalán ha logrado un equilibrio perfecto entre sus veteranos y las nuevas promesas, y esto se ha visto reflejado en el rendimiento de jugadores jóvenes como Lamine Yamal, quien celebró uno de sus goles imitando el icónico festejo de Cristiano Ronaldo. Aunque algunos interpretaron esto como una burla, otros lo vieron como un homenaje a la grandeza del portugués.

Independientemente de la interpretación, esta celebración simboliza el renacimiento de una competitividad en la Liga Española que muchos temían que se perdería tras la salida de Messi y Ronaldo.

En el ámbito de los clásicos, la rivalidad entre Real Madrid y Barcelona parece haber cobrado nueva vida. Los encuentros entre estos dos equipos se han vuelto emocionantes y llenos de intensidad, algo que muchos aficionados celebran.

Aun cuando la situación actual del Madrid no sea la ideal, la emoción y la expectativa que rodean a los clásicos han regresado, y esto es algo que beneficia a la Liga Española en general.

Por otro lado, se espera que Vinícius Jr. sea uno de los principales contendientes para el Balón de Oro de este año, un premio que, de ganarlo, sin duda alegraría a los madridistas, aunque, tras la reciente derrota, las celebraciones podrían no ser tan efusivas.

La entrega del Balón de Oro llega en un momento agridulce para el club, y será interesante ver cómo esta ceremonia afecta el ánimo de los jugadores y del equipo en general.

En conclusión, el Real Madrid enfrenta un desafío importante. La incorporación de Mbappé, lejos de ser la solución definitiva, ha generado una serie de problemas tácticos y de equilibrio que el equipo aún no ha logrado resolver.

Aun así, con una plantilla llena de talento y un entrenador experimentado como Ancelotti, el club tiene todo lo necesario para superar esta crisis y recuperar su lugar entre los mejores equipos de Europa.

Los próximos meses serán cruciales para el Real Madrid, y solo el tiempo dirá si la apuesta por Mbappé resultará en éxito o en una lección difícil para el club.

Mientras tanto, los aficionados y expertos continuarán analizando cada movimiento, cada partido y cada decisión que el club tome, esperando que este icónico equipo logre encontrar la fórmula adecuada para adaptarse a las exigencias del fútbol moderno y a la realidad de una plantilla repleta de estrellas.